HISTORIA DEL HIMNO MAESTRO SE ENCRESPAN LAS AGUAS.
HISTORIA DEL HIMNO MAESTRO SE ENCRESPAN LAS AGUAS.
Mary Ann Baker vivía en la ciudad de Chicago, Illinois.
Su hermano, que vivía con ella,
enfermó de pronto de la misma enfermedad respiratoria
de la que habían muerto sus padres.
Para ayudar a su tratamiento, se mudaron
al sur de los Estados Unidos, buscando un clima
más benévolo. Todo parecía ir mejorando, pero
sorpresivamente, el joven empeoró y murió.
Mary quedó desconsolada, pues aunado a la tragedia,
su estado económico no le permitió
siquiera reclamar el cuerpo de su hermano.
“Dios no se preocupa por mí. Esta particular manifestación
de lo que llaman 'Providencia divina'es indigna de un Dios
de amor.”, llegó a decir Mary. “Siempre he tratado de creer
en Cristo y me he consagrado a Él, pero esto es más de lo
que puedo soportar. ¿Qué he hecho para merecer esto?
¿O qué he dejado de hacer para que Dios descargue su
venganza sobre mí de esta manera?”
Pero mientras los días y las semanas transcurrían, el Dios
de Vida y Amor comenzó a calmar las aguas turbulentas
del corazón de esta dulce mujer. La fe no solo volvió, sino
que floreció, como en el anciano Job, dándole a conocer
cosas “demasiado maravillosas” que no podría haber
aprendido de otra manera.
Más tarde, como parte de su testimonio y para bendecir
a quienes pasan por tormentas similares, Mary escribió
la letra del himno que en español se llama “¡Maestro, se
encrespan las aguas!”, posteriormente musicalizado por
Horatious Ray Palmer y adaptado a muchos idiomas alrededor
del mundo, siendo un canto que nos recuerda la soberanía del
Señor Jesucristo y nos motiva a confiar en Él, suceda lo que suceda.
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